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                                                       Hijas de María Auxiliadora - Provincia San Gabriel Arcángel - CHILE

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Colegio María Auxiliadora - Santiago
Posición:
Liceo Científico Humanista
Dirección:
Avda. Matta 726
Santiago
Chile
Teléfono:
+56 02 29126701
Información general:
ANTECEDENTES

La obra del Instituto de las Hijas de María Auxiliadora en Chile se inició en la zona austral de Magallanes en Diciembre de 1888, por la apostólica labor de Monseñor José Fagnano quien encontró en Madre Angela Vallese, una mujer de Dios dispuesta a darse por entero en la misión de llevar a todo el mundo el Evangelio de Jesucristo y la devoción a María Auxilio de los cristianos.

En 1893, Monseñor Miguel León Prado obtuvo de Don Miguel Rúa permiso para realizar una fundación en Santiago, de esta manera trajo desde Turín las primeras seis Hijas de María Auxiliadora: Sor Lucía Martínez, Sor Esperanza Flavio, Sor Mercedes Buil; Sor Enriqueta Brustengo, y Sor Dorotea Fondevilla, que se establecieron en una casita cerca de la parroquia y dieron principio a un pequeño colegio que más tarde sería la casa de "San Miguel Arcángel".

En 1895, teniendo en cuenta el desarrollo que prometía la obra y la enorme distancia que separaba las casas del centro de la República de las del Sur, fueron formadas dos Inspectorías: "San Miguel Arcángel" con sede en Punta Arena y "San Gabriel Arcángel" con sede en Santiago.

Un año antes, en Santiago se fundó el colegio "María Auxiliadora" en la calle "Club Hípico", con algunas Hermanas de San Miguel y con las primeras vocaciones chilenas.

Fue fundada en 1894 en la calle Club Hípico. Pero la vecindad con la feria, el club y la estrechez del local, aconsejaron un cambio. En Septiembre del año 1903 se hizo el traslado a Avenida Matta 726, donde surgió progresivamente el actual Liceo "María Auxiliadora".
 

MARIA AUXILIADORA DE SANTIAGO
 
El 19 de Agosto de 1893, se compró para noviciado una casa campestre en el sector del Club Hípico de Santiago, con piezas amplias, luminosas, aireadas, con patios enormes y un huerto bien cultivado.
 
El 1° de Abril de 1894, las Hermanas dieron inicio a una escuela, con asistencia de 23 alumnas externas y 4 internas. Comenzaron también ese mismo año el Oratorio Festivo. Las obras se continuaron desarrollando lentamente hasta 1900, año en que se llegó a tener 180 oratorianas y 56 internas., entre estudiantes y profesionales. Además la casa servía para el retiro anual de las Hermanas.
Esta casa, ciertamente ofrecía ciertas comodidades, pero por otra parte, no dejaba de presentar bastantes dificultades, sobre todo por la ubicación frente al Club Hípico y a una feria de animales, lo que ocasionaba ruidos y olores poco agradables, amén de un enjambre de moscas y otros similares. Asimismo, la lejanía de la ciudad y la falta de locomoción obligaban a las Hermanas a realizar largas caminatas por senderos polvorientos en verano y llenos de barro en invierno.
Pero a pesar de la pobreza y privaciones de esos primeros tiempos, reinaba la más franca y cordial alegría; el espíritu de caridad, de piedad, de obediencia, era, según las palabras de Sor Elena Peña un " Verdadero Mornés y yo lo pude presenciar, porque fui la cuarta alumna que llegó al colegio"
 
El 20 de Diciembre de 1902 la casa pudo ser vendida al Club Hípico, que la anexó a sus caballerizas. Al mismo tiempo se compró la esquina de Avenida Matta con Santa rosa, donde existían algunas habitaciones en bastante mal estado.
En ese tiempo, Don Miguel León Prado, el entonces sacerdote (luego obispo) fue en todo momento consejero, animador, bienhechor y sobre todo "Padre", como había prometido a Don Rúa serlo para las Hermanas y así lo hizo durante toda su vida.
En este caso, el padre León Prado contribuyó en lo que pudo, hasta con sus propios bienes y supo influir en el Gobierno, en la Municipalidad y entre sus conocidos y amigos para inclinarlos a ayudar a las hermanas. El día de San Miguel se inauguró la casa y se bendijo solamente la capilla, preparada en un amplio salón a la entrada del colegio.
 
La madre Inspectora, Adriana Gilardi, que había ido a Italia, regresaba en enero de 1904, trayendo siete Hermanas preparadas para iniciar la escuela y el taller, con un lindo número de internas y externas. Más adelante se inició una escuela normal, que preparaba a sus alumnas para dar exámenes privados en una de las escuelas del gobierno. Pero esta normal duró poco, pues ya había varias normales del gobierno y una particular que asumía el alumnado.
Durante cien años se ha ido forjando nuestra comunidad y hoy recordamos sus inicios cimentados en el amor y dedicación de las primeras Hermanas que dieron todo de sí en pos de la educación.
Hoy podemos decir orgullosos Porque somos una comunidad guiada por María Auxiliadora, una comunidad que aún tiene mucho que decir y mucho que entregar.

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